viernes, 26 de octubre de 2012


CRÓNICA DE UN PRESENTADOR 
Y PERIODISTA EN CIERNES.

VALEROSA Y RADIANTE ABUELA.

Por cosas inesperadas de la vida hay algo que llama mucho la atención y es: “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde” tampoco se está preparado para despedir y dejar de ver, sentir a esos seres queridos que han hecho parte fundamental en la vida de alguien; que ha sido la base para ser lo que somos; veo, siento y expreso el dolor tan grande que se puede sentir por la muerte de un ser amado. La muerte es un momento de la vida que trae dolor y sufrimiento para aquellos que se quedan en un mundo el cual se cree bueno. En pocas palabras la muerte es el fin de un ciclo, él de la vida al cual muchos no queremos llegar pero algo para lo cual, nadie absolutamente nadie está preparado para afrontar, ya que siempre llega en el momento menos esperado.

Águeda una mujer que lucho desde siempre por lograr sus objetivos, sin querer pasar por encima de nadie que se abrió camino por los incesantes problemas y obstáculos que se le presentaron durante toda su vida, desde niña con la pérdida de su madre, su padre un hombre tosco y despreocupado por todo, donde no le importaba sino su propia vida, la dejo a cargo de una mujer con la cual convivió tiempo después de la muerte de su esposa, convirtiéndola en su madrasta dejándola al cuidado de esta mujer y como en muchos cuentos de hadas en ese momento una historia real; la mujer  era en este caso como en muchos, la bruja de esta historia. Aunque cuido de ella la limito demasiado tanto como para no dejar que tuviese una infancia, esa que todos en algún momento tuvimos y desearíamos repetir; Ella tuvo que dejar de lado las muñecas y los juegos a cambio de hilar y sembrar la tierra para poder vivir, teniendo contenta a aquella perversa mujer; ella con esa imaginación que todo niño posee, elaboraba sus muñecas con palitos de paleta e hilo y paja del cual ella misma hilaba pero como era de esperarse esa mujer se los destruía, diciendo y sustentándose que eso no era un juego, que debía trabajar en lugar de estar perdiendo el tiempo para poder ganar la comida que esta supuesta familia le brindaba.      

Cuando esta niña se convirtió en mujer era una persona que a pesar de la dura vida que tuvo en su infancia y adolescencia no tenía ni un poco de resentimiento en el corazón ni con la vida, de hecho era feliz o por lo menos era lo que demostraba, se caso con un hombre el cual la hizo muy feliz pero esa dicha no duro muchos años. Ya que el hombre fue asesinado a causa de una confusión,  pero ella seguía con la frente en alto y se levanto después de este duro golpe que la vida le provocaba de nuevo. De esta relación nacieron cuatro hijos los cuales por claros motivos quedaron sin su padre muy pequeños, siendo esto una dificultad bastante amplia en la vida de esta mujer, pero ella con esa valentía y ganas de querer salir adelante que la caracterizaba, lucho día a día, noche a noche por sacar adelante a sus hijos.
Aunque no todos fueron malos momentos a la vida de Águeda llego otro hombre quien se dio cuenta de la valentía y entusiasmo de esta mujer, por lo cual decidieron convivir juntos, de esta relación hubo seis hijos y como el tiempo pasa muy rápido los años en esta mujer emprendieron un camino diferente pero aún doloroso; este hombre le sirvió de aliento y fortaleza para superar las dificultades que tuvo que pasar, saliendo adelante de nuevo con sus diez hijos los cuales educo, formándolos en valores y buenas costumbres. Su hijo mayor Héctor murió a causa de un trágico accidente muy joven pero ella, continuaba en la lucha de alcanzar sus metas junto a su esposo por cosas del destino y a causa de una enfermedad ese hombre que le dio esa energía para seguir adelante a consecuencia de una enfermedad falleció, quedando nuevamente sola en compañía de sus hijos.

No es fácil para alguien y menos para ella ir de un golpe tras otro, de querer seguir luchando pero el destino o la vida le estaban pasando cuenta de cobro por algo que ni ella sabía. A través del tiempo esas dificultades la hicieron más fuerte aunque nunca podría olvidar esos hechos que marcaban su vida, pero eso no fue una excusa para continuar lidiando sus problemas, aún así Águeda y sus hijos salieron adelante solos. Ya que al parecer la vida o el destino estaban empeñados en que fuese así.

De allí en adelante su hija menor Ligia, vivió con ella dejando sus estudios para acompañarla y trabajar hombro a hombro mientras sus hermanos estudiaban saliendo adelante sin importar nada más que aprender. A su vez esta niña conocía en parte un poco más de su madre, repitiendo en parte la historia; no de la manera trágica y triste que Águeda tuvo que soportar pero esto a su hija le formo un carácter fuerte y luchador con bastante aprecio y orgullo por su querida, adorada, valiente madre. Águeda con el paso del tiempo se hacía más vieja, fue perdiendo uno tras otro de sus hijos deseando dar la vida por ellos, siendo muy fuerte, paciente, enérgica por los golpes que la vida le seguía dando. Ligia se caso formando una familia, la cual está orgullosa de tener aunque no fue fácil, porque la vida volvió a dar un giro desafortunado. Un accidente que sufrió su esposo el cual quedo con una discapacidad para toda su vida, pero lo pudo superar muy bien gracias al valor que su madre le enseño durante toda la vida; fue muy valerosa al afrontar este hecho con tres hijos los cuales luego de este funesto acontecimiento fueron en parte educados por su madre Águeda.  Ella que estaba enteramente agradecida con su hija por todo el apoyo que le brindo cuando era niña, no dudo ni un segundo en querer brindarle la mano en esos momentos.

Pasaron los años. Los hijos de Ligia crecieron junto a sus padres y abuela con unas bases solidas y valores intachables. Agradecidos por la buena formación que habían recibido por parte de su familia en especial de su abuela que se había convertido en el orgullo y ejemplo a seguir. Águeda por lógica de la vida muere a causa de una enfermedad que no dio tregua un 20 de enero de 2012 a sus 94 largos pero provechosos años de vida, rejuvenecida y luchando hasta el último momento dejando sus enseñanzas y buenos concejos, esa mujer de la cual me siento orgullo era mi adorada, valerosa y radiante abuela, a quien amo y amare hasta el final de mis días; siempre seguiré los consejos que me daba y los cuales sigo al pie de la letra: “luchar por lo que se quiere sin pasar por encima de nadie” y “estudiar ya que es lo único que nadie absolutamente nadie nos puede quitar y es el conocimiento”  

Por ello como decía al inicio “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde” y hoy después de tres meses de su partida quisiera regresar el tiempo atrás para poder compartir mucho más tiempo con ella. Tengo la certeza de que me cuida desde el lugar que este y digo a todo aquel que tiene a sus abuelos, padres, hermanos, hijos, etc. Que los valoren los cuiden y les digan cuanto los aman; para que cuando llegue ese fatídico día el duelo sea menos duro; porque los seres humanos nos preparamos para muchas cosas como: el matrimonia, el bautizo, la primera comunión, para ir a una fiesta, pero nunca estaremos preparados para recibir LA MUERTE de un ser amado.

“EN HONOR Y MEMORIA A MI ABUELA ÁGUEDA, DE QUIEN ME SIENTO ENTERAMENTE AGRADECIDO Y ORGULLOSO”


Escrito por: Jorge Leonardo Garzón Padilla.

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